El auge que ha experimentado el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones ha generado un cambio sustancial en la forma de producir, gestionar y acceder a la información. No cabe duda que este cambio ha propiciado un aumento ingente de la información circulante pero esto no siempre es sinónimo de información accesible.
Con demasiada frecuencia, cuando se genera una información no se piensa en si el formato o el procedimiento utilizado para su difusión será adecuado para que todas las personas puedan acceder a su contenido. Es entonces cuando se corre el riesgo de la "info-exclusión", término que desgraciadamente se ha tenido que acuñar para alertar del peligro que se corre de que determinados sectores por razón de su discapacidad o incluso por factores culturales queden marginados de la sociedad de la información en que nos encontramos.
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